El anciano de túnica negra gruñó fríamente—. Humph, tienes una lengua muy habladora. ¿Me tomas como una de esas jovencitas ingenuas que caen bajo tus palabras fácilmente?
—¿Ingenuas, jovencitas? ¿Caer bajo mis palabras? —Zhang Xuan hizo un rápido gesto con las manos, negando la acusación. Al mismo tiempo, un discreto ceño fruncido apareció sobre su cabeza.
Podía sentir vagamente que el anciano vestido de negro se refería a algo con sus palabras, pero él siempre se había comportado correctamente, nunca se había involucrado con ninguna mujer. ¿Adónde quería llegar la otra parte?
Si otros escucharan eso, podrían pensar que era un playboy.
—Voy a ir directo al grano contigo.
Con las manos en la espalda, el anciano se acercó lentamente a Zhang Xuan.
En ese instante, Zhang Xuan sintió como si una inmensa montaña se dirigiese lentamente hacia él, y la inmensa presión que sentía parecía absorber el aire de sus pulmones.