—Director Zhang, ¡adiós! —La líder de gremio, Ruan, también se despidió.
Con esto, aparte de Zhang Xuan, sólo Sun Qiang y Liu Yang permanecieron en el patio.
Para cuando Zhang Xuan se dio la vuelta una vez más, Wang Ying y la anciana Wei ya no estaban en ninguna parte. Con las manos en la espalda, miró al profundo cielo nocturno durante mucho tiempo antes de decir—. Muy bien, volvamos a entrar.
Lo que debía desaparecer, desaparecería con el tiempo.Para convertirse en verdaderos dragones, no siempre podían permanecer a su lado. ¿Cómo podrían madurar si siempre estaban bajo su protección?
—Maestro... —Sabiendo que Zhang Xuan debía estar afligido por la partida de Wang Ying, Liu Yang se adelantó, queriendo decir algo. Sin embargo, de repente sintió que alguien le agarraba el brazo y lo retenía.
—Deja que el joven maestro se quede solo por un tiempo —dijoSun Qiang en silencio.