—Eres un hombre muy inteligente. En tan poco tiempo, lograste identificar claramente mi debilidad—gruñó el rey Hoja de Cielo.
Sin embargo, a mitad de sus palabras, Feng Xun golpeó repentinamente la parte posterior de la cabeza de Jiang Yuan con emoción, y el espíritu primordial del reyHoja de Cielo se sacudió violentamente, casi derrumbándose de nuevo al suelo.
—No hay manera de que me lo haya perdido. Bajo circunstancias normales, debería ser imposible para ti ejecutar las técnicas de batalla del anfitrión original, pero aun así te las arreglaste para lograrlo. Eso significa que solo has ejercido dominio sobre el alma del maestro de combate Jiang temporalmente en vez de aniquilarla por completo. De esto, se puede deducir que tu fuerza está severamente limitada en la actualidad—dijo Zhang Xuan.
—Ya veo. ¿Cómo se me pudo pasar eso por alto? —Los ojos del líder del gremio Han se iluminaron cuando un pensamiento le vino a la mente.