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Chapter 17 - Capítulo 17

El Gran Salón estaba mucho más ruidoso de lo habitual durante el desayuno. 

La historia de los tres valientes Gryffindors de primer año derrotando al troll completamente solos se extendió por toda la escuela en solo una noche. La participación de Harry Potter en la hazaña solo incrementó el frenesí de sus admiradores y causó malestar en aquellos a quienes no le agradaba. 

Era evidente en el comportamiento de los estudiantes de las distintas casas, más específicamente, Gryffindor y Slytherin. Los estudiantes de todos los años se hablaban con palabras provocadoras o hacían chistes ofensivos. 

En más de una ocasión alguien sacaba su varita y amenazaba con lanzar un hechizo. Aunque en el Gran Salón no hubo nadie que se atreviera, no bajo los severos ojos de la profesora McGonagall quien observaba como un halcón.

Pero Jill no quería tener nada que ver con el conflicto. Desde que recordó el episodio del troll estuvo en profunda reflexión sobre los eventos que tendrían lugar en el colegio en los próximos años. 

Al final de este curso Harry Potter y sus dos amigos se enfrentarían al alma parasitaria de Voldemort y al profesor Quirrel, venciéndolos sin sufrir heridas permanentes. No había ningún peligro para terceros en esa aventura. 

Pero el año siguiente el cabeza de familia Malfoy se desharía del famoso diario para evitar las inspecciones del ministerio. Dicho artefacto serviría para controlar a una criatura mágica peligrosísima y mortal. Quien lo tuviera en sus manos se vería obligado a ordenar a la criatura a atacar a los magos de familias muggles. 

Y en tercer año un grupo de succionadores de alma se trasladarían al colegio por meses poniendo en riesgo la integridad de todos los estudiantes nuevamente. 

Ni hablar del cuarto año. Jill justo vio a Cedric Diggory entrando en el Gran Salón rodeado de sus amigos, el futuro campeón de Hogwarts. Era un chico carismático que no llegaría a los 18 años. 

Ahora solo tenía trece años y estaba en su tercer año de la escuela. ¡Era apenas un niño! Jill no pudo evitar sentirse emocional, pero no quería que otros la vieran llorando por algo que aún no había pasado, por lo que bajó la cabeza y parpadeó antes de frotarse los ojos disimuladamente y respiró hondo.

 Ella ahora tiene solo once años y no puede permitirse hacer nada, absolutamente nada, salvo estudiar y aprender todo lo posible para que cuando tenga una oportunidad pueda intervenir si así lo decidía.

Con esta nueva resolución Jill se transformó lentamente con los años venideros.

Pero por el momento, Jill terminó su desayuno y esperó a que sus amigos terminaran de chismorrear sobre Harry Potter y el troll antes de proponer salir a los terrenos del colegio y practicar magia. 

En lo que va del año habían aprendido el encantamiento lumus con el que todos ya eran familiares, podían encender la punta de sus varitas con un movimiento de la varita mientras cantaban el hechizo sin ningún impedimento y la pequeña bola de luz era estable. No titilaba o se apagaba de repente. 

El encantamiento para hacer levitar objetos se volvió famoso desde ayer que Ron Weasley lo usó para vencer al troll, por lo que Justin, Susan y Megan deseaban practicarlo. 

Caminaron hasta el borde del lago y usaron hojas, ramitas y piedras para practicar. Hanna incluso se las arregló para levantar una piedra del tamaño de su puño, lo que no era fácil teniendo en cuenta que mientras más pesado el objeto más difícil era usar el hechizo con éxito para novatos como ellos. 

Practicar magia puede ser divertido, pero estudiar las teorías es tedioso sin duda alguna. Antes del almuerzo el grupo de seis niños ya estaba agotado después de manipular magia, además, el clima estaba cada vez más frío y húmedo, lo que los llevó a refugiarse en la sala común donde un fuego cálido bailaba en la chimenea. 

Jill sacó su libro de pociones y comenzó a memorizar los ingredientes necesarios para pociones mientras que Ernie y Susan intentaban memorizar un plano del cielo para astrología y Justin, Susan y Megan se centraban en la tarea de Historia de la Magia.

Las semanas siguientes fueron extremadamente estables. Las clases de vuelo eran divertidas, pero Jill declaró con firmeza que, aunque volar se sentía maravilloso, prefería moverse por medios motorizados en lugar de a horcajadas en un palo.

Su argumento silenció las quejas de Ernie y Zacarias, después de todo ninguno de ellos sabía hechizos para evitar y protegerse del frío, el viento, la humedad y la ocasional lluvia que tenía que bravear para asistir a la clase. 

-... puede ser más lento, pero un auto al menos tiene calefacción. 

El horario no es realmente cargado en absoluto, hay mucho "tiempo libre" cuando se ve la grilla de clases. Pero eso es para aquellos que no practican ni hacen los deberes. 

Jill y su grupo se encontraron tapados de tarea de todas las asignaturas, además de la práctica diaria de hechizos de encantamientos y transformaciones que les consumía no solo tiempo sino también energía.

Habían pasado de convertir una cerilla en una aguja a intentar cambiar un escarabajo vivo en un botón. Sin mencionar que la mayoría de las veces el escarabajo no se quedaría quieto en la mesa, las terribles transformaciones parciales causaban repulsión en muchos. 

Como la vez que Justin logró convertir el escarabajo negro en un botón del mismo tamaño y color, pero las patas permanecieron funcionales y esa aberración trepó hasta las mangas de Susan quien prácticamente lloró de horror. La profesora McGonagall no restó puntos por la conmoción, sino que se dedicó a repetir nuevamente los entresijos de la transformación.

La memorización de los pasos para hacer pociones de forma exitosa era un requisito en Hufflepuf ya que al profesor Snape no le temblaba el pulso al quitar puntos por pociones mal hechas, tareas mal presentadas y ni hablar si había un accidente en el salón. 

Ernie demostró ser muy aplicado en pociones y Jill prácticamente se pegó a él para estudiar y repasar intentando absorber y mejorar el conocimiento.

La materia más sencilla resultó ser Herbología. 

Las plantas mágicas que ven en primer año son fáciles de cuidar, la mayoría no tienen grandes tabúes o necesidades, y si las tienen son fáciles de cumplir. Como el Lazo del Diablo. Es peligrosa si uno es atrapado y se retuerce, pero el fuego y la luz son su debilidad.

Sabiendo el hechizo lumus, uno solo debe acercar el orbe cálido en la punta de la varita a las lianas y la planta se desprenderá y huirá rápidamente.