La cantidad de libros almacenada en la biblioteca era demasiado basta, se podía observar pergaminos sueltos, enrollados o guardados en tubos de bambú, lápidas de piedras llenas de extraños patrones o dibujos, esferas con lineas entrecruzadas, hojas gruesas unidas por un tallo seco y un hilo muy grueso incluso telas, cuadros, que representaban ciudades, personas, costumbres y tradiciones de extraños pueblos.
-Este seré el lugar donde pasaras la mitad del día, aprenderás los idiomas más utilizados hasta lo más inútiles, navegaras en la historia del mundo, aprenderás a leer a las estrellas, los mares y el viento- los pasos resonaron en la enorme habitación junto con la voz alegre de Muriel - Has descansado por dos días así que debes tener mucha energía, sígueme-
Entre más profundo caminaban más extraña se volvía la biblioteca, había pequeños frascos de vidrio, cristales, distintos tipos de metales...
-Este lugar es la última biblioteca de Qendor...-hubo un extraños silencio en la atmósfera por un breve momento - ...hay cuatro guardianes, Efir el guardián azul, Alkuama el guardián de los senderos, Abril el guardia del corazón, los veras con el tiempo. Alguna pregunta pequeño.
-Si, dijo que hay cuatro guardianes pero solo a nombrado a tres-
-...El último es algo diferente, solo aparece cuando hay una amenaza muy grave para la existencia de la biblioteca, Brutal es su apodo...-
-Mmm...-
-Llegamos-
Cuando el niño alzo la cabeza pudo observar un gran mapa colgado en la parte superior, en el mapa pudo observar continentes de los que solo había escuchado de los cuentos y canciones de los trovadores.
En el centro del mapa estaba completamente negro.
Antes de que pudiera ver más las palabras de Muriel lo distrajo:
-Recuerdas lo que te mencione cuando despertaste esta mañana-
Lían asintió, de pronto se sintió nervioso.
-Mnh, eso es bueno, supongo que comenzaremos- Muriel movió lentamente el pie, sin ninguna duda, y con un fuerte pisotón la habitación cambio. Ahora era como el cielo nocturno, lleno de constelaciones, aureolas, estrellas y nebulosas.
- Yo Muriel, la que no posee título, poseedora de la mascara de Ilusión, dueña de Hena Luno ( Luna Sangrienta) tomo bajo mi manto a Lían Tian-
Lían se arrodillo con una sola pierna, coloco su mano en su corazón, y la otra la mantuvo en el suelo, como le había enseñado su nueva maestra,
- Debes recordar...cuando sopla el viento del este la semilla se planta, cuando sopla al oeste la semilla germina, cuando sopla del sur la flor muestra su belleza y cuando llega el viento del norte la vida dice adiós, con la curiosidad de un infante debes caminar por este mundo, con la humildad debes vivir, a la sabiduría debes amar... debes seguir un camino que nadie más a seguido..un nuevo camino...Novum Iter será tu nuevo nombre-
-Mientras no violes las siguientes reglas te guiare, te enseñare todo lo que se:
-Primero: Nunca debes matar sin razón, debes recordad entre más fuertes eres más sencillo debes ser.
-Segundo: Nunca seas parcial, debes ser justo y juzgar con rectitud; debes comprender que el mundo tiene una delicada balanza.
-Tercero: Nunca tomes todo por sentado, debes dudar incluso de mis palabras y mis ordenes.
Muriel miro intensamente al niño hasta que este alzo la cabeza. Ella asintió y se retiro el guante derecho, Novum por primera vez vio la mano de si maestra.
Era una mano pequeña, con dedos un poco largos, el dedo del medio estaba ligeramente torcido, un tinte negro cubría las uñas cortas y un extraño tatuaje se extendía en esa pequeña mano. Movió los dedos y patrones de color carmín aparecieron en el aire, con sus dedos siguió formando cadenas de palabras y formas poco ortodoxas hasta que un misterioso símbolo se formó.
Muriel estiro su mano hasta la frente de Novum y con ligero toque el símbolo entro en el cuerpo del niño.
Ella lo recogió a su nuevo discípulo que se había desmayado...
-Yo Muri...yo Sam Arlina juró...
En un lugar lejano dos figuras observaron todo: la más pequeña estaba envuelta en telas rojas y solo soltó un largo y triste suspiro, la más alta con largas túnicas negra miro todo indiferentemente.
***
El viento llevo consigo un extraño lamento y una persona se detuvo en el camino a escuchar sus palabras. Una ligera brisa sacudió el manto de plumas negras, y la capucha en forma de cuervo cubrió el rostro y las palabras se ahogaron con un profundo suspiro:
-Oh, pequeña niña, no te apures, el tiempo es justo pero mis palabras son inútiles ahora, solo espero poder verte una vez más antes que del día prometido-